viernes. 19.04.2024

Los historiadores aseguran que la historia de las microfinanzas bolivianas comenzó a escribirse con letras magenta y azul y un sólido impulso femenino. En 1985, la ONG FIE decidió romper paradigmas al intermediar créditos a los sectores más empobrecidos de la población que no ofrecían ninguna otra garantía más que su laboriosidad y empeño.

Desde el principio, FIE se caracterizó por un crecimiento sólido y sostenido además de un compromiso con la mujer que va mucho más allá de los números. Este pacto se remonta a los orígenes y forma parte de la cultura de la organización: las fundadoras fueron cinco mujeres, los primeros créditos estaban orientados mayoritariamente al sector femenino y ahora, gran parte de las decisiones del Banco y la ONG las toman las mujeres.

Ximena Behoteguy, un emblema de esta cultura, es Presidenta del Directorio del Banco FIE, uno de los bancos más sólidos del país, y como las pioneras de la organización, marcó un hito en la historia del sistema financiero al convertirse en la primera mujer que asumió un cargo de esta importancia en la banca nacional.

“Trabajar con mujeres está en nuestro ADN”, dice Behoteguy con la misma convicción con la que las fundadoras se animaron a enfrentar estereotipos que en esa época parecían algo natural. “Hemos demostrado a lo largo de este tiempo que las mujeres pueden hacer gran empresa. Las fundadoras comenzaron con $us 20.000 de capital y ahora es un banco de $us 178 millones de patrimonio y $us 1.900 millones de cartera”.

El empoderamiento de la mujer es parte de la cultura de FIE: más del 54% de las mujeres que trabajan en la entidad ocupan un cargo en el que pueden tomar decisiones. “No es lo mismo que decir que el 51% del personal son mujeres y que sea solo un número porque la banca lo puede tener e incluso más porque pueden decir es mejor tener una cara bonita de cajera y eso hace número.

Para nosotros no es así, se trata de empoderar a las mujeres y que sea algo aspiracional: que estén seguras de que pueden acceder a cargos de decisión. A nivel de gerencias y subgerencias estamos trabajando en lo técnico y en las capacidades de liderazgo que son importantes”, asegura Behoteguy.

Por eso, agrega la Presidenta, visibilizar el trabajo de la mujer es fundamental. “Tenemos una guía de lenguaje inclusivo; trabajamos en la corresponsabilidad dentro y fuera de la organización y tenemos un modelo de gestión transversal de género”, dice Behoteguy para quien el objetivo es que se acorten las brechas y generar igualdad de condiciones y oportunidades.

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La Asistencia Técnica formó parte de los servicios a los micro y pequeños empresarios

Mujer líder. La abogada que se enamoró del FIE

Ximena Behoteguy Terrazas nació en La Paz. Culminó el bachillerato en el Colegio Saint Andrews donde cultivó los valores y principios solidarios y se formó en Derecho en la Universidad Mayor de San Andrés. Se especializó en Derecho empresarial en la Universidad Andina.

Behoteguy se relacionó con FIE desde que era una ONG, en 1994, cuando trabajaba en el ACNUR junto a tres de las fundadoras de la Organización.“Un día me enviaron al FIE a buscar a Pilar Ramirez para renovar el convenio. Mala suerte para el ACNUR porque me enamoré del FIE.

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Cuando conocí a las fundadoras y ví lo que estaban haciendo, me impactó”, relata Behoteguy. “Le he dedicado mi vida al FIE y es algo que me encanta porque cada día veo que se puede hacer una transformación positiva en las personas”, dice.

En sus inicios descubrió su vocación por los números y que las barreras sociales producto de los estereotipos acerca del trabajo femenino y masculino se pueden superar. “Hay una magia en el FIE que me heredaron las fundadoras. Estoy siguiendo un legado”.

“La mujer puede hacer gran empresa”