El año pasado el PIB per cápita llegó a 3.691 dólares y en un reciente informe del Banco Mundial, Bolivia mantiene su estatus de país de ingresos medios bajos que alcanzó en 2010. Analistas ven que esto mejora la imagen del país, pero no es al único factor que se debe tomar en cuenta para medir el desarrollo.
El nuevo estudio “Clasificación de los países elaborada por el Grupo Banco Mundial según los niveles de ingreso para el año fiscal (1 de julio de 2023- 30 de junio de 2024)”, evalúa los cambios observados en algunos países y su avance o retroceso de categoría.
El Grupo Banco Mundial clasifica las economías del mundo en cuatro grupos de ingresos: bajo, mediano bajo, mediano alto y alto. Las clasificaciones se actualizan cada año el 1 de julio, y se basan en el Ingreso Nacional Bruto (INB) per cápita del año anterior.
La clasificación de ingresos tiene como objetivo reflejar el nivel de desarrollo de un país, basándose en el atlas de ingreso per cápita como un indicador de capacidad económica ampliamente disponible, señala el informe del organismo internacional.
Para el año fiscal 1 julio 2023- junio 2024, las economías de bajos ingresos se definen como aquellas con un ingreso nacional per cápita, de 1.135 dólares o menos en 2022; las economías de ingresos mediano bajo son aquellas con un ingreso per cápita entre 1.136 y 4.465 dólares; las economías de ingreso mediano alto son aquellas con un ingreso per cápita entre 4.466 y 13.845 dólares; las economías de altos ingresos son aquellas con un INB per cápita de 13.846 dólares o más.
En agosto de 2010, el Banco Mundial declaró a Bolivia como país de ingresos medios debido a que el ingreso per cápita del país creció encima de los 1.000 dólares y conforme también con el mayor crecimiento económico.
En este nuevo informe del organismo internacional, naciones de Sudamérica como Chile y Uruguay o Guyana están calificados como países de ingresos altos; Argentina, Brasil, Colombia, Perú y Paraguay con ingresos medios altos.
Están considerados países de ingresos medios bajos como Bolivia, varios de África como Senegal, Costa de Marfil, Nigeria, Camerún, Tanzania, República del Congo, Zambia, Angola, Zimbabwe, o Egipto que está entre África y Asia.
El expresidente del Banco Central de Bolivia (BCB), Juan Antonio Morales, opinó que con el paso a país de ingresos medios, Bolivia comenzó a tener menos acceso a créditos concesionales, pero esto le abrió puertas a la obtención de recursos en el mercado privado o de deuda soberana. "Aunque este año las condiciones para emitir bonos soberanos son más difíciles", agregó.
Aseguró que este estatus le ayuda a Bolivia en términos de imagen porque lo acerca al nivel de los países de la región. “Para que Bolivia pueda llegar a una escala superior necesita que su ingreso per cápita siga creciendo y esto dependerá, sobre todo, de mayor crecimiento económico con una buena distribución de los ingresos”, puntualizó.
El exviceministro de Presupuesto, Ramiro Cavero, por su lado, opinó que este indicador al tomar en cuenta el PIB per cápita le cuesta a los países mucho cambiar de posición, no se logra en un año, muestra el nivel de desarrollo en términos de ingreso promedio por persona, pero no dice todo.
“Cuando se tiene países muy grandes, pueden tener bajo nivel per cápita, pero si tienen una población muy grande puede ser una potencia mundial. O el PIB per cápita ser muy alto y ser un país pequeño o que esto se concentre en pocas personas y ser una nación muy pobre, se debe complementar con otros indicadores”, aclaró.
Por ejemplo, dijo que China tiene un PIB per cápita de 12.000 dólares y es una potencia mundial, pero el de Mónaco es de 234.000, pero su población es pequeña y no tiene ninguna influencia en el mundo.
Aseguró que a medida que un país se desarrolla más, recibe menos ayuda concesional de organismos internacionales y créditos con una tasa de interés más alta.
También se debe mejorar indicadores sociales, reducir desigualdad y sobre todo crecer más a nivel económico.
El 10 de mayo el presidente del Estado, Luis Arce, informó que el PIB per cápita subió a 3.691 dólares y el PIB nacional creció en 3,5% y a 44.315 millones de dólares. Además la pobreza extrema se redujo de 13,7 % a 11,1 %, y la brecha entre ricos y pobres de 27 a 22 veces.
