jueves. 25.04.2024

Luego de la recuperación de las economías de América Latina, en el 2021, se vuelve imprescindible que los esfuerzos de los Estados para controlar la inflación y para hacer frente a las consecuencias de la guerra en Ucrania, no subordinen el estímulo a la inversión pública y privada, con el fin de lograr el crecimiento económico.

Esta es la conclusión principal del más reciente Estudio Económico de América Latina y el Caribe. Dinámica y desafíos de la inversión para impulsar una recuperación sostenible e inclusiva”, de la Comisión Económica para América Latina (Cepal).

A pesar de la recuperación registrada en el 2021, “una secuencia de crisis ha llevado al escenario de bajo crecimiento y aceleración inflacionaria que presenta la economía global. El menor crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) y del comercio mundial, la apreciación del dólar, junto al endurecimiento de las condiciones financieras globales, afectan negativamente a los países de la región”, recapitula. 

En consecuencia, para el presente año “se espera que la región vuelva a la senda de bajo crecimiento observado antes de la pandemia COVID-19”, pues “se espera una caída de la demanda externa que enfrenta la región”. 

La Cepal recuerda que antes de la guerra en Ucrania, la actividad económica ya se desaceleraba y se pronosticaba que en 2022 el PIB mundial crecería un 4,4%, en comparación con un crecimiento del 6,1% en 2021. 

Pero ahora, con los efectos de ese conflicto, se espera que el PIB mundial crezca un 3,1% (en los Estados Unidos, del 1,7%), muy por debajo del 4% que se esperaba antes del inicio de este. 

En la zona del euro el crecimiento será de solo del 2,6%, esto es, 1,4 puntos porcentuales menos que lo estimado antes de la guerra. 

En China, luego del crecimiento de más del 8% observado en 2021, se espera una tasa de alrededor del 4%

“En un contexto de restricciones, se requiere una coordinación de políticas macroeconómicas que apoyen la aceleración del crecimiento, la inversión, la reducción de la pobreza y la desigualdad, a la vez que enfrentan la inflación”, afirma. 

Sin embargo, hace ver que esta vez no se trata simplemente de la dinámica del ciclo económico, porque “el bajo crecimiento de la inversión en las últimas tres décadas se ha transformado en una limitante estructural del desarrollo”.

Por ello, agrega, “reactivar la dinámica de inversión es central para un crecimiento sostenible e inclusivo”. 

Para lograr lo anterior, la Cepal propone las siguientes medidas:

-La política macroeconómica debe dinamizar el crecimiento sostenible, procurar la estabilidad de precios, generar empleo de calidad, reducir la pobreza y la desigualdad. 

-Dinamizar con carácter de urgencia la inversión, que es el puente entre el corto y mediano plazo y es esencial para hacer frente al cambio climático. 

-Una mayor coordinación de las políticas macro, dar sostenibilidad a la política fiscal, el uso de los instrumentos disponibles de la política monetaria a fin de no subordinar el crecimiento y la inversión a la política antinflacionaria. 

-Los esfuerzos macro deben ser complementados por políticas industriales, de innovación y desarrollo tecnológico, comerciales, sociales y la economía del cuidado. 

-El financiamiento para el desarrollo y la movilización de recursos externos deben apoyar a los países en la búsqueda de una senda de crecimiento y desarrollo sostenible. 

Además, para dinamizar la inversión, afirma que la inversión pública y privada no puede quedar subordinada a las políticas antiinflacionarias.

“Los incentivos fiscales, con diseño y marco de gobernanza adecuados, permiten movilizar inversión privada hacia sectores estratégicos (crowding in)”, dice. 

“Los Sistemas Nacionales de Inversión Pública (SNIPs) son importantes para promover coherencia, eficiencia y eficacia de la inversión pública”, agrega. 

También llama a reducir los problemas de coordinación que inhiben la adopción de nueva y mejor tecnología, con el fin de crear círculos virtuosos. 

En cuanto a “la transición verde”, plantea que la mayor demanda de minerales (cobre, hierro, litio) que requieren las tecnologías limpias, “son una oportunidad e imponen desafíos para adaptar las formas y tecnologías de producción”. 

Finalmente, añade que es necesario “acceder a financiamiento de largo plazo, en condiciones favorables, para responder al cambio climático y crear opciones de desarrollo económico bajo en carbono”. 

La Cepal hace llamado “urgente” a dinamizar la inversión en América Latina