El Colegio de Economistas de Santa Cruz y la Universidad Privada de Santa Cruz (UPSA), organizaron el Foro Económico Sectorial: “Coyuntura Económica Actual y Perspectivas 2022”., este 26 de noviembre, que se transmitió por la plataforma Zoom.
Los expositores fueron Carolina Gutiérrez, subgerente general de Construmat Ltda, que habló de la situación y perspectivas de la economía boliviana; Ariadna Hernández, especialista en economía, finanzas y educación financiera, expuso “Educación e inclusión financiera” y Walter Morales Carrasco, Ingeniero especializado en Economía y Finanzas, habló sobre la inestabilidad política, crecimiento e inversión.
En su perspectiva, Gutiérrez expuso que el Producto Interno Bruto (PIB) de Bolivia, luego de crecer 15 años – anteriores al 2019 – a una tasa de 4,8%, la economía experimentó una desaceleración y en 2020 se evidenció una caía de 8,8%.
Gracias al ciclo de buenos precios en materias primas, continuó Gutiérrez, el país tuvo un flujo elevado de ingresos, sobretodo en la venta de gas natural y minerales, permitiendo estimular la demanda interna de la economía y también a la inversión pública.
“Los sectores que tienen una mayor incidencia y dinamismo en la economía del país son la minería, el transporte y la construcción; sin embargo, haciendo una comparación con la caída sufrida el 2020 por la pandemia del Coronavirus, se puede apreciar de que no existe el crecimiento que se esperaba para este año, incluso algunos sectores experimentaron una contracción”, indicó la expositora.
En el ámbito público, explicó que en el 2020 hubo un crecimiento importante del endeudamiento interno y externo. Actualmente, la deuda total supera el 60% del PIB, sin tomar en cuenta los desembolsos del Banco Central de Bolivia (BCB) a las empresas públicas.
“Los umbrales del marco de sostenibilidad fiscal del Fondo Monetario Internacional (FMI) y del Banco Mundial (BM) indican que el endeudamiento externo se encuentra cerca del 40% del PIB, sin embargo, lo más alarmante es que los ingresos del país disminuyeron y que actualmente se debe pensar en soluciones estructurales a largo plazo”, indicó Gutiérrez.
Perspectivas
Gutiérrez mencionó que se prevé que la economía crezca a una tasa cercana a 4,8% en 2021, con una moderación a tasas entre 3,5% y 2,5% en 2022 y 2023, respectivamente.
Asimismo, indicó que el resurgimiento de la pandemia requerirá medidas nuevas para prevenir el contagio de nuevas variantes, así como un rápido despliegue de nuevas políticas de apoyo.
Recomendó que es necesario una apertura del modelo de desarrollo para transitar de manera ordenada hacia un nuevo equilibrio. “Ya que la inestabilidad política suma a las desventajas del país”, añadió.
Inestabilidad política e inversiones
En su ponencia, Walter Morales indicó que los países en desarrollo, y principalmente los latinoamericanos, han transitado en mayor o menor grado por diversas recetas de modelos en política económica, aunque relacionados con intervencionismo estatal y libre mercado.
Por su parte, los costos sociales generaron críticas y cuestionamientos para contra – reformar. Esto quiere decir que cada cierto tiempo se tengan eventos de inestabilidad política, en mayor o menor grado, según el experto.
“Las reformas deberían atraer inversión, y estas generar crecimiento. No es desconocido que las inversiones, sobre todo las extranjeras, tienen una generación de externalidades positivas como el pago de impuestos, el ingreso de recursos, genera empleos y tecnologías, por lo que el país tiene una necesidad de flujo de los recursos externos”, agregó.
Asimismo, sugirió que para tener una mayor estabilidad política, se debe potenciar la institucionalidad, que las políticas públicas sean profesionales.
Por otro lado, indicó que también se debe tomar en cuenta que los países que tiene una mejor educación financiera, tienden a tener mejores resultados y manejan eficientemente sus recursos.
