“La insistencia de la COB en aumentos salariales generalizados –sin el menor sustento técnico ni visión de desarrollo, tiene consecuencias negativas para trabajadores y sociedad: beneficia, sin mérito, a la `anti-productiva buroparasitocracia´ estatal, y afecta a los generadores de valor y empleo”, afirma el especialista en desarrollo productivo.
Velazco observa que la COB, bajo el argumento que hace dos años no se incrementan los salarios, demanda un 7% al salario básico, y del 10% al salario mínimo nacional.
“El pedido supone que todas las actividades económicas enfrentan la misma realidad, y que el paso del tiempo es condición suficiente para que aumenten los ingresos en los emprendimientos económicos”, afirma.
En un análisis económico menciona que el 2021 respecto al 2020, el Producto Interno Bruto (PIB) a precios de mercado (pm), el “tamaño” de la economía que incluye derechos de importación e impuestos indirectos), creció 6,11%; a precios básicos (pb), el valor neto generado por las actividades económicas creció en 6,44%.
“Estos son valores comparables al 6,80% y 6,31% del pico de la bonanza de las materias primas en 2013, similitud que los voceros oficiales usan para ´decretar´ la recuperación de la senda del crecimiento”.
Sin embargo el investigador hace notar que la crisis del 2020 introdujo distorsiones que dificultan interpretar este crecimiento, pues hay rubros y sectores de actividad que tuvieron caídas catastróficas de hasta -30% en 2020, seguidas de recuperaciones milagrosas –“rebotes”, de +60% en 2021.
“Para entender si la recuperación es tal, debemos recurrir al 2019 por ser la última gestión de crecimiento ´normal´ antes de la pandemia y la crisis”, afirma.
En ese marco, cita que el 2021 el PIBpm llegó a 47.700 millones de bolivianos (de 1990), y el valor agregado –el PIBpb, a 42.250 millones: valores inferiores al tamaño de la economía en 2019, cuando el PIBpm fue de 49.300 millones y el PIBpb 43.350 millones; son, incluso, menores que en 2018 (PIBpm: 48.200; PIBpb: 42.300 millones de Bs de 1990).
“Dada esta realidad, calcular el crecimiento en 2021 respecto a 2019, quita el optimismo a los resultados: el PIBpb cayó en -2,5%, y el PIBpm en -3,2%; sólo 6 de 26 (sub) sectores crecieron: la agricultura industrial (soya) con 8,8% y la carne bovina con 8,4%, seguidos por distribución de gas y agua (4%), silvicultura (3,3%), administración pública (1,8%), y, marginalmente, comercio (0,6%)”, detalla Velazco.
Sin embargo observa que ninguno de los (sub)sectores mencionados es significativo en crear empleo productivo.
En tanto, que los 20 (sub)sectores restantes, muestran –respecto al 2019, caídas que van desde -0,9% para “alimentos, bebidas y tabaco”, hasta -18,9% para “restaurantes y hoteles”.
“En general, en 2021 todos los rubros o sectores que aportan significativamente al trabajo productivo remunerado, están por debajo del tamaño que tenían en 2019”, destaca el experto.
En estas condiciones, señala Velazco, que es por demás evidente que, si se decidiera incrementar salarios en 2022 sobre la base del crecimiento en 2021, habrán sectores económicos que no podrán asumir el costo.
“El rubro de restaurantes y hoteles, que creció en 0,7% en 2021, pero cuyo producto está 20% por debajo del que tenía en 2019, no estaría en las mismas condiciones que la soya o la carne bovina que crecieron durante la crisis y, al terminar 2021, en casi 10% respecto al 2019”, señala.
Por otra parte, indica que del total de los 36 rubros de actividad que el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) considera para calcular el PIBpb, la incidencia de apenas dos –transporte y minería, explican el 52% del crecimiento del PIB en 2021; seis rubros explican el 81%; diez sectores explican el 91,5% del crecimiento y, finalmente, 14 explican el crecimiento de 6,44%.
“El aporte neto de los 22 rubros restantes es 0%. De los 14 rubros con mayor incidencia, solo seis son creadores de empleo y generadores valor, con una incidencia acumulada de apenas el 1% (al 6,44%)”, cita el investigador.
En ese marco afirma que dignificar el empleo, parte por generar las condiciones para que todas las personas tengan la oportunidad de acceder a un (auto) empleo dignamente remunerado.
“A partir de esta premisa reitero que el enfoque Gobierno-COB al tema salarial es equivocado: lejos de promover el empleo digno y productivo, lo penaliza”, sostiene.
Estos ejemplos, como la disparidad en tasas de crecimiento y el análisis de las incidencias (aportes) de los diferentes rubros de actividad al crecimiento, ratifican que, el crecimiento global del PIB, no es un criterio válido para determinar aumentos salariales generales, analiza el especialista.
Cuando se aprobó el “Doble Aguinaldo”, Velazco recuerda, que con argumentos similares se alertó sobre las consecuencias negativas de imponer aumentos salariales con base en indicadores no vinculados con la mejora de la productividad, la creación de empleo, y la distribución primaria del ingreso.
“¿Será que todos los trabajadores realmente apoyan este sin sentido? No. Muchos, y cada vez más, reconocen que las acciones, necesarias y posibles, para promover el desarrollo a largo plazo, parten por lograr que la economía empiece a generar los recursos necesarios de manera autónoma y sostenible”, sostiene.
Inaset plantea como cimiento para construir la economía, un nuevo contexto de pleno empleo digno, sustentado en relaciones entre empleado-empresa y Estado, de mutua confianza y corresponsabilidad.
Fuente: Brújula Digital
