La búsqueda de litio por parte de China en Sudamérica enfrenta desafíos significativos a medida que las empresas chinas intentan consolidar su posición en un mercado vital para la producción de vehículos eléctricos (VE). Con el auge de la demanda mundial de baterías para VE, Sudamérica, que alberga más de la mitad de las reservas de litio del mundo, se ha convertido en un punto de interés estratégico.
La región presenta un complejo panorama de obstáculos políticos, ambientales y económicos que amenazan con ralentizar las ambiciones chinas, reportó el portal de La Vos de Chile.
A medida que el mercado de vehículos eléctricos crece, China, el mayor productor mundial, depende cada vez más del litio. En 2023, las exportaciones chinas de VE alcanzaron los $us 34.100 millones, según datos del South China Morning Post (SCMP), lo que subraya la importancia de asegurar un suministro estable de este mineral.
En este contexto, países como Chile, Bolivia, México y Perú, con sus vastas reservas de litio, son el objetivo principal de las inversiones chinas. No obstante, la realidad en el terreno se presenta complicada.
Los gobiernos de la región, conscientes del valor estratégico de sus recursos naturales, están adoptando medidas para proteger sus intereses. Chile, por ejemplo, anunció en abril de 2023 la nacionalización de su sector de litio, lo que generó preocupación entre los inversores.
El gigante chino de vehículos eléctricos BYD, que ha estado negociando un proyecto de litio con el gobierno chileno desde 2022, se ha enfrentado a una serie de obstáculos. A pesar de su disposición a compartir tecnología y experiencia, la nueva política chilena ha ralentizado el avance de las conversaciones.
Bolivia, que posee algunas de las mayores reservas de litio del mundo, ha impuesto controles a la inversión extranjera. En enero de 2023, la empresa china Contemporary Amperex Technology Limited (CATL) firmó un acuerdo con la empresa estatal de litio boliviana, pero el progreso ha sido limitado debido a barreras legislativas que complican la entrada de capital extranjero.
CATL participa en las dos convocatorias internacionales que lanzó el Gobierno boliviano para el desarrollo de proyectos con litio o recursos evaporíticos con tecnología de extracción directa de litio (EDL).
En el marco de la primera convocatoria, lanzada en abril de 2021, la estatal Yacimientos de Litio Bolivianos (YLB) firmó convenios con el grupo de empresas CBC, conformado por CATL, BRUMP y CMOC. El primer convenio se firmó en enero de 2023, y el más reciente, en enero de 2024. El último acuerdo establece la instalación de una planta piloto de EDL en el salar de Uyuni, con capacidad máxima de 25.000 toneladas por año.
En tanto, en enero de este año YLB lanzó una segunda convocatoria externa, y en septiembre informó que negocia con cuatro empresas proponentes, de un total de 21, las condiciones para la firma de un convenio. Entre las cuatro firmas está la CBC.
YLB comunicó que prioriza la negociación con las cuatro empresas debido a que sacaron los mejores puntajes en el proceso.
México, en tanto, adoptó una postura contundente al nacionalizar sus recursos de litio en 2022, cancelando concesiones mineras que incluían a empresas como Ganfeng Lithium, de origen chino. Esta decisión ha desencadenado un proceso de arbitraje internacional que podría extenderse durante años, poniendo en riesgo el acceso de China a las reservas mexicanas.
Perú, un jugador relativamente nuevo en el mercado del litio, también ha demostrado ser un entorno desafiante para las empresas chinas. En marzo de 2024, la autoridad portuaria peruana estuvo a punto de revocar los derechos de operación de una subsidiaria estatal china en el puerto de Chancay, vital para la exportación de litio hacia Asia. Aunque la propuesta fue retirada, el incidente resaltó la volatilidad política que rodea a las inversiones chinas en la región.
A estas complicaciones se suma la preocupación de Estados Unidos, que ve la creciente influencia china en el sector minero latinoamericano como una amenaza estratégica. La general Laura Richardson, jefa del Comando Sur del Ejército de Estados Unidos, calificó el acceso al litio en América Latina como una cuestión de “seguridad nacional”. Esta percepción añade una capa adicional de complejidad a las negociaciones y puede incrementar las presiones sobre los gobiernos de la región.
Aunque Sudamérica representa una fuente clave de litio para China, la resistencia local, los cambios regulatorios y la rivalidad geopolítica están configurando un entorno cada vez más incierto para las empresas chinas. En este contexto, las naciones latinoamericanas buscan equilibrar la atracción de inversión extranjera con la protección de sus recursos estratégicos, mientras Estados Unidos vigila de cerca cada movimiento en esta competencia global por el “oro blanco”.