Ómicron, la nueva variante de Covid-19, empezó a hacer estragos en la salud pública de Bolivia a poco días de recibir el 2022. Santa Cruz, el departamento con mayor en cantidad de habitantes, reportó 3.278 infectados en el último martes del año, según datos del Servicio Departamental de Salud (Sedes). Este martes además murieron a causa de esta enfermedad 20 personas.
Ayer, lunes, las autoridades sanitarias levantaban la alarma con 1.937 casos positivos en el departamento cruceño, y se remarcaba que era cifra más elevada desde que la pandemia llegó al país. Pasaron solo 24 horas y la cantidad de infectados creció en casi un 70%.
"A tres días de cerrar el año tenemos el mayor número de casos de toda la pandemia, la peor tormenta epidemiológica que hubiésemos vivido desde el 10 de marzo de 2020", manifestó Carlos Hurtado, jefe de Epidemiología del Sedes.
El índice de positividad ascendió al 42%, también una cifra récord. "Nunca habíamos tenido tal cantidad de casos y este índice de positividad, de cada 100 pruebas 42 dan positivas", explicó.
Hurtado llamó a la población a tomar conciencia de lo que está sucediendo en esta cuarta ola de la pandemia, ya que la conducta de la gente, que provocó grandes aglomeraciones, está provocado esta emergencia sanitaria. "No hay nada que festejar, quédese en casa", dijo Hurtado con respecto a las fiestas de fin de Año Nuevo.
Más temprano, Fernando Pacheco, secretario de Salud y Desarrollo Humano de la Gobernación, pedía tomar conciencia para evitar un colapso en el sistema de salud. “Pido al pueblo cruceño que, en estos momentos tan delicados con estos picos altos de la pandemia, tome conciencia, porque estamos rompiendo un récord en cantidad de pacientes positivos. Las unidades de terapia intensiva han superado el 90% de ocupación de camas en la parte pública y más de 75% en la privada. No queremos comenzar un enero negro este 2022”, agregó Pacheco.
