viernes. 29.03.2024
ENTREVISTA

“Las microfinanzas tienen el poder de transformar vidas”

Con una carrera sobresaliente en las microfinanzas ecuatorianas, la nueva Gerente General Adjunta de BancoSol llega al país con la visión de profundizar la inclusión financiera y llevarla a un nuevo nivel porque está convencida de que las microfinanzas tienen el rol determinante de mejorar la calidad de vida de las personas y sus familias, contribuyendo a un futuro incluivo y sostenible. Líder en el sector, dedica esfuerzos al empoderamiento de la mujer.

Veronica-Gavilanes, Gerenta General Adjunta de BancoSol
Veronica-Gavilanes, Gerenta General Adjunta de BancoSol

Verónica Gavilanes Vejar es una convencida del rol decisivo de las entidades financieras en el desarrollo de las personas. Con casi 30 años de experiencia de los cuales diez los dedicó exclusivamente a las microfinanzas, consolidó un modelo inclusivo en el banco más grande de Ecuador.

Con el propósito de dar un salto cualitativo y llevar la inclusión financiera al siguiente nivel con una mirada de sostenibilidad y por la ruta digital, desde enero pasado Gavilanes asumió la Gerencia General adjunta de BancoSol.

“Es un reto. Lo que vengo es a sumar esfuerzos. Tengo una trayectoria interesante, tengo conocimientos que pueden aportarle al Banco”, asegura Gavilanes.

Con una carrera destacada en las microfinanzas ecuatorianas y con una mirada fresca y propositiva, la dinámica ejecutiva llega al país para escribir, junto a BancoSol, un nuevo capítulo en la historia de las microfinanzas en Bolivia, precisamente en la entidad financiera pionera.

“Estoy convencida de que el sector financiero cumple un rol tremendamente importante dentro del ámbito económico y social. Esta certeza me ha hecho una persona muy comprometida con el progreso de los clientes”, dice.

Gavilanes recibió a Economy en el cuartel general de BancoSol en la zona de San Pedro en La Paz, el emblemático lugar donde hace 30 años la entidad comenzó la aventura de escribir la historia de las microfinanzas en Bolivia, para compartir los detalles de la visión inclusiva que aportará al Banco.

¿Qué la llevó a tomar la decisión de llegar BancoSol? “Soy una persona firmemente comprometida con el propósito”, responde. “BancoSol se alinea a lo que estaba haciendo en Ecuador, pero sobre todo porque este Banco está enfocado y comprometido con la inclusión financiera. Comparto su propósito plenamente”, dice la ejecutiva y de inmediato, pone sobre la mesa una reflexión que revela su forma particular de ver las cosas y que la convirtió en una líder exitosa: “Si estoy aquí es para servir y para ayudar un mundo más inclusivo, más sostenible y más consciente”.

La ejecutiva tiene claro su propósito en BancoSol. La siguiente etapa en este proceso de desarrollo de las microfinanzas es trascender el acceso a la oferta de productos y servicios financieros de calidad y utilidad para que estos beneficios repercutan en la salud y el bienestar financiero de los microempresarios como un vehículo hacia la inclusión social plena.

“Cómo podemos apoyar para que los productos sean utilizados por las personas de tal forma que tengan un impacto real en sus vidas”, reflexiona.

En el camino de las nuevas microfinanzas, la digitalización será un elemento fundamental para crear valor. Estamos trabajando de manera enfocada para profundizar la inclusión; acceso al crédito, el ahorro y el seguro, pero también en facilitar los medios de pago”.

“Esa es la visión que yo vengo a aportar al Banco: que la tecnología esté al servicio del cliente, sea accesible para todos y les facilite la vida”, explica.

Microfinanzas 2.0

La Gerente General Adjunta del BancoSol sabe que Latinoamérica fue el caldo de cultivo para el desarrollo de una ingeniería financiera revolucionaria que comenzó con el microcrédito y que evolucionó hacia las microfinanzas.

“La bancarización nace con darle una oportunidad a quien no estaba formalmente incluido en el sistema y nacemos con esa visión de darle acceso al crédito; fue desafiante y complejo”, explica.

BancoSol fue pionero en este desarrollo. En 1992, después de varios años de trabajar como una Fundación, la entidad se convirtió en el primer Banco de microcrédito regulado en Bolivia y el mundo ampliando su oferta crediticia y, lo más importante, brindando otros servicios financieros como ahorro y seguros a los microempresarios, factor que a la postre, sentaría las bases de la inclusión financiera.

Para Gavilanes, la evolución del microcrédito a las microfinanzas fue natural porque las entidades especializadas comenzaron a entender el rol que debían jugar con sus clientes. “Ampliamos la oferta, se hizo más integral”, dice la ejecutiva que, ahora, quiere llevar las microfinanzas a la siguiente etapa.

Profundizar la inclusión

Y esta visión se respalda en cifras. El Índice de Inclusión Financiera de Credicorp que consideró a siete países de Latinoamérica, revela que en 2021 el nivel de inclusión financiera de la región medido a partir del acceso, uso y calidad de los servicios financieros se encuentra en un nivel medio con un 38,3 donde 100 es el puntaje más alto.

El estudio muestra también que en el caso de las mujeres el nivel llega al 35.9 (menos del promedio regional), a 35,4 en el caso de las personas entre 43 y 59 años y a 29.6 para las personas de 60 o más años de edad.

De igual manera, encontró que las personas que viven en el área rural tienen un menor nivel de inclusión (31.7) respecto de quienes habitan en centros urbanos (40.1) lo mismo que las personas de nivel socioeconómico bajo (31.4) con relación a quienes tienen un NSE alto (44.4).

Finalmente, el índice es más alto para quienes tienen educación universitaria y posgrado (55.1) frente a quienes no tienen estudios (18.2).

La lectura es clara: Aún hay muchas barreras y desigualdades en la región.

Para Gavilanes los servicios financieros son la luz al final del túnel porque tienen el poder de reducir estas diferencias y los niveles de pobreza, mediante el impulso de la iniciativa individual y el emprendimiento de la población de menores ingresos.

“Si estamos en un término medio bajo, todos los países de la región hemos concentrado esfuerzos en ir cerrando brechas, pero hay mucho camino por recorrer”.

Tareas pendientes

“Y aunque el camino recorrido en Bolivia es extraordinario”, afirma Gavilanes al mirar la realidad de la población incluida al sistema financiero, “todavía nos falta”. En este desafío de hacer más profunda la inclusión, agrega, el acceso a la tecnología fue un alivio que, sin embargo, desnudó algunas barreras que se deben superar.

“Todavía tenemos una tarea. De alguna manera, el acceso a la tecnología ha facilitado que las personas puedan incluirse pero ahí surgen otras barreras. No todos tienen acceso a un smartphone, no todos tienen acceso a conectividad (a internet)”, dice.

Por tanto, el reto es generar programas integrales que permitan incluir; y Gavilanes rescata lo positivo en el desafío de seguir construyendo.

“Un dato interesante es que las personas tienen, en general, un mayor nivel de confianza en las instituciones financieras que ha ido mejorando porque se amplió la gama de servicios y existe una normativa que promueve la actuación responsable de las instituciones”.

Microfinanzas sostenibles

¿Y qué se hace para que la inclusión sea real? La Gerente General Adjunta de BancoSol aportará con la incorporación de un nuevo concepto: las microfinanzas sostenibles.

“Claramente otro ámbito en el que voy a compartir mis conocimientos es la sostenibilidad. ¿Cómo sabemos que esto es real? El ámbito de la sostenibilidad dice que debes tener claro que las acciones que implementes hoy, mañana deben aportar positivamente”.

Esta nueva mirada está ligada a tres grandes ámbitos: lo social, lo económico y lo ambiental. “Es como un triple impacto que debe quedar claro para las entidades para definir estrategias de sostenibilidad”.

La rendición de cuentas y las mediciones de desempeño social son un paso ineludible; deben ser más progresivas. Otro tema en la agenda de generar sostenibilidad es que los servicios financieros tengan prácticas de protección al cliente.

La siguiente grada es medir el desempeño social. No basta con ser sólidos; las entidades deben lograr impacto social, entendido como las mejoras en la calidad de vida de la población atendida.

“Las entidades como BancoSol, con un propósito claro, debemos mostrar con indicadores objetivos cómo con nuestra actividad, estamos cumpliendo con el compromiso de nuestra misión. Hoy más que nunca los valores son como esas brújulas del norte que te dicen qué es lo que tienes que hacer de manera correcta. La pandemia nos enfrentó a todos a decir cómo colaboramos, como ayudamos a dar una solución a cada cliente”.

Entre dos

BancoSol encara esta nueva etapa con un modelo único en la región: la cogerencia. Gavilanes comparte con Marcelo Escobar, Gerente General, la conducción de la entidad financiera. Y nuevamente, la entidad es disruptiva. “Es un reto bonito”, dice Gavilanes.

“Compartimos propósitos, valores fundamentales y tenemos claro adonde queremos ver llegar al Banco. Hay una coordinación interna de roles y funciones basada en la comunicación y confianza”, dice Gavilanes y asegura que se trata de construir la visión en conjunto.

“Ahora más que nunca, no se trata de jugadores individuales. El país nos necesita, los clientes, las personas que no han accedido al sistema nos necesitan”, agrega.

“La mujer tiene un potencial ilimitado”

Aunque en la visión de la Gerente General adjunta de BancoSol, Verónica Gavilanes, profundizar la inclusión financiera es para todos, la situación de las mujeres exige acciones específicas. No en vano, se ha convertido en una líder regional en la promoción de la equidad y el empoderamiento de las mujeres.

Su incorporación a un cargo de alta gerencia es una muestra de que las mujeres pueden y que su rol es determinante en el progreso de las empresas.

Pero aún queda mucho camino por recorrer. El Índice de inclusión de Credicorp muestra que las mujeres han accedido en menor proporción y en desigualdad de condiciones al sistema financiero. Y no se trata de que las entidades tuvieran una oferta dispar para hombres y mujeres. “El desafío está en entender por qué ellas no han accedido en igualdad de condiciones”, dice.

“Atender a las mujeres emprendedoras es apostar por el futuro. Ellas son verdaderas catalizadoras del progreso de un país por su determinante contribución al desarrollo de sus familias y de sus comunidades. En BancoSol tenemos la firme determinación de atender a las mujeres y promover su empoderamiento económico”.

Gavilanes aún no tiene un estudio específico sobre Bolivia pero los resultados de Ecuador ayudan a tener una idea acerca de las barreras que impiden una mayor inclusión de la mujer.

“Hay limitaciones culturales; construcciones culturales, una mentalidad”, parte explicando la ejecutiva.

“La incorporación de las mujeres en los motores económicos de todo el mundo se dio en los últimos 30 años, pero antes era un rol más privado, de cuidado del hogar. Entonces, cuando salen a un emprendimiento y generan ingresos quedan algunas pautas culturales. Los ingresos los está manejando mi esposo, yo no necesito una cuenta, dicen. Esa es una pauta cultural”, explica.

Hay otras limitaciones que son más estructurales. Por ejemplo, la falta de apoyo de la pareja cuando la mujer busca acceder a un crédito. “No es una generalización, pero existe”, dice.

Otra barrera clarísima, explica la ejecutiva, surgió cuando en las visitas a los microempresarios era necesario activar la banca digital pero el dispositivo de la mujer conectado a internet estaba destinado a las clases virtuales de los hijos.

“Entonces ibas al campo y le decías que le ibas a enseñar a manejar su cuenta (bancaria) desde el dispositivo y la respuesta es que el teléfono está con los niños. A veces uno diseña pensando que las mujeres tienen igualdad de acceso a los teléfonos pero ellas tienen un rol de educación más fuerte que el hombre, lo que no significa que los hombres no estén con los niños pero por lo general están más fuera de la casa; el teléfono de la mujer es de la familia”, dice.

Para muestra un botón. Un estudio del Banco Mundial acerca del impacto de la pandemia en las emprendedoras reveló que los negocios dirigidos por mujeres sufrieron una mayor caída en ventas e ingresos debido a que las actividades económicas con mayor concentración femenina fueron los más afectados por la pandemia, que las mujeres tuvieron que sacrificar más tiempo que los hombres en la atención de actividades no remuneradas (incluido el trabajo doméstico) y, finalmente, que los negocios de las mujeres recibieron menos apoyo que los emprendimientos dirigidos por hombres.

Sobre la base de los resultados del Reporte global de Brecha de género elaborado por el Foro Económico Mundial (Global Gender Gap Report) Gavilanes establece que con la pandemia de coronavirus el mundo retrocedió 100 años en equidad.

Las mujeres tuvieron que renunciar para quedarse en casa o trabajar menos horas y, por tanto, ganar menos y lógicamente con tanta carga y presión hay agotamiento. Es todo un desafío”, explica y apunta a generar acciones para reducir las brechas.

Un claro ejemplo es que solo el 10% de las posiciones de alta gerencia, donde se toman las decisiones, está ocupado por mujeres.

"Es muy importante la participación de las mujeres porque agregan valor. Estamos representando a la mitad de la población. Qué trae la inclusión como resultado positivo; que tienes una visión completa de la población. Cuando las mujeres están presentes en las posiciones de alta dirección se enriquece el diálogo, se genera una mirada holística de los temas en general y la mujer suma”, dice Gavilanes.

El Perfil

Con 29 años de trayectoria en el sistema financiero, Verónica Gavilanes es un referente en la industria de las microfinanzas en la región. Casada con Édgar Ríos, tiene dos hijos: Santiago y Daniela. La familia completa se trasladó a La Paz acompañando el reto de crecer en otro país.

“Mi esposo es un súper compañero de fórmula y me dijo que si consideraba que esto te va a enriquecer y que vas a servir y es una oportunidad linda para ti, te acompaño”, cuenta Gavilanes.

Llega a Bolivia con un palmarés impecable. “Verónica es experta en finanzas inclusivas, desarrollo sostenible, y Banca Mujer, Lidera el Segmento Mipyme, la operación de mayor alcance en a nivel nacional desde donde impulsa el Programa de Inteligencia de Género cuyo objetivo es acompañar el crecimiento de los negocios liderados por mujeres a través de una oferta financiera y no financiera diferenciada que ha facilitado el acceso a soluciones integrales que han sido claves en su crecimiento. Es Directora de la Red de Instituciones financieras para el Desarrollo, facilitadora experta de la Financial Alliance for Women, tiene un Master en Administración de Negocios formación en Gobierno Corporativo y Liderazgo Femenino y varias herramientas de desarrollo personal y organizacional”, dice la última actualización de su Hoja de Vida en Seminarium, un página especializada en capacitación para ejecutivos en América Latina.

¿Fue fácil dejar lo que construyó en Ecuador? No, pero el desafío boliviano estaba alineado con un propósito mayor en su vida: el servicio. “Me considero una mujer líder”, asegura, “Y los líderes debemos ser orientados hacia el propósito”.

“La decisión no fue fácil pero como se alineaba a mi propósito de servir y también retarme y decir voy a vivir en Bolivia y voy a conocer otro mercado, el más grande de microcrédito de Sudamérica. Es momento de cerrar un ciclo muy lindo en el Pichincha y de ir a servir a Bolivia. Vine para eso”.

Comienza la jornada con una rutina de pilates y yoga. “Parte del liderazgo es cuidar de ti porque si estás al servicio y con una responsabilidad grande tienes que estar equilibrado”, afirma.

Creyente de Dios, inculca en sus hijos la importancia de la fe y el servicio. “Siempre he trabajado con ellos en la fortaleza interna de saber que estamos aquí para honrar los dones que nos fueron otorgados”.

La calidez de la gente boliviana simplemente la enamoró y la comida, la cautivo. Aunque extraña el ceviche de camarón y el locro quiteño, la diversidad y la riqueza cultural de la gastronomía boliviana la conquistaron; quedó encantada por unas empanadas tucumanas.

“Las microfinanzas tienen el poder de transformar vidas”