jueves. 02.05.2024

Su clima cálido, población joven y crecimiento pujante hacen de Santa Cruz una tierra de oportunidades, donde se ha desarrollado una economía diversa que tiene como pilares a los sectores industrial y agropecuario, actividades que se han coronado con la exportación.

“Se dice que Santa Cruz es el bastión y la locomotora del desarrollo boliviano, y con justa razón”, subraya Gary Rodríguez, gerente general del IBCE, quien destaca que el aporte de esta región al PIB de Bolivia se elevó de un 10% en los años 50 a un 30% en 2021.
Este crecimiento es liderado por la industria manufacturera (24,8%) y el sector agropecuario (23,4%), que aportan el 48,2% del PIB departamental, según datos a 2022 de la Gobernación cruceña.

Todo comienza con el trabajo del sector agrícola y pecuario, que es responsable del 45% del PIB agropecuario nacional y bastión de la seguridad y soberanía alimentaria del país.

En el departamento se produce el 76% de los alimentos de Bolivia. El año pasado, produjo el 100% del sorgo, el 99% de la soya y del girasol, el 94% de la caña de azúcar, el 75% del trigo y del arroz, el 61% del maíz y el 32% de las hortalizas. La frontera pecuaria, a su vez, avanza con 4,8 millones de bovinos, 1,1 millones de porcinos, 151.000 ovinos, 67.000 caprinos y con la producción 160 millones de pollos y más de 1.300 millones de huevos. 

El desarrollo tecnológico y productivo es característica de casi todos estos subsectores y sobre esa base se ha desarrollado una gama de productos industriales. 

Según un informe del Ministerio de Desarrollo Productivo, la industria cruceña se enfoca principalmente en los productos alimenticios, como los de molinería y panadería; los de carnes frescas elaboradas; y los de azúcar y confitería. También en los productos de refinación del petróleo, en las bebidas y tabaco, y en minerales no metálicos. 

“La vocación productiva del departamento es innegable”, subraya Oswaldo Barriga, presidente de la Cadex.

Todo el trabajo que se hace en Santa Cruz no solo alimenta el mercado interno. En 2022, se exportaron desde esta región 4 millones de toneladas de alimentos excedentarios al mundo. 

En esa gestión, los cruceños lograron un nuevo hito exportador, con $us 4.511 millones, un 33% del total nacional. De esta región salieron el 77% de las exportaciones no tradicionales y el 88% de las exportaciones agropecuarias del país.

La soya y sus derivados son la joya de la corona exportadora, pero también destaca el gas, productos de girasol, el oro metálico, azúcar, alcohol etílico y la madera y sus manufacturas.

Del departamento depende el 100% de la exportación de carne bovina y derivados; el 99,7% del alcohol; el 99,5% del azúcar; el 99% del sésamo; el 98% de la soya, chía y frejol; el 95% del girasol; el 94% de las hortalizas y el 72% de los cueros y sus manufacturas.

“Si se brindan las condiciones, Santa Cruz puede aportar con mayores volúmenes para la exportación, sin descuidar el mercado interno”, afirma Barriga.

Esta mayor competitividad puede construirse con la implementación de biotecnología, eliminando restricciones a las exportaciones, cambiando la cultura del bloqueo y haciendo más eficientes los pasos de frontera. 

El exportar más productos con valor agregado beneficiará a Bolivia “con un mayor crecimiento, centenares de miles de empleos, mayor ingreso de divisas y un gran efecto multiplicador en todo el país”, destaca Jean Pierre Antelo, presidente de la Cainco.
Rodríguez concluye: “Si a Santa Cruz le va bien, le irá bien a Bolivia”.

Industria y alimentos avivan la economía cruceña