sábado. 27.04.2024
HISTORIAS DE ÉXITO

“Ser emprendedor es una de las cosas más difíciles que hice”

Guillermo Carlín lidera una de las empresas tecnológicas más prometedoras del Perú. Su apuesta por llevar el uso de la tecnología a todos los ámbitos le permitió desarrollar una solución que convierte los medidores de electricidad convencionales en dispositivos inteligentes con lo que se avanzó a saltos hacia el Internet de las cosas. El inicio no fue fácil, pero salió adelante. En su visita a Bolivia, el hombre de negocios compartió con Economy su receta del éxito acuñada a pura determinación y coraje.

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Guillermo Carlin en una conferencia compartiendo el potencial del uso de la tecnología en las empresas

Guillermo Casin nació en Perú. Es un ingeniero electrónico formado en Estados Unidos. Nunca ejerció la profesión como tal pero siempre estuvo relacionado con la tecnología. “En lugar de ver como funciona el poste prefiero ver que hacer para mejorar ese poste”, confiesa. Desde 2003 trabajó en una empresa de tecnología en Estados Unidos en las divisiones latinoamericanas. Tuvo a su cargo la expansión y apertura de oficinas en tres compañías que hasta hoy se disputan el liderazgo en la distribución de tecnología a nivel mundial. “Un día decidí dar el salto y formé mi propia empresa” y volvió a su país para desarrollar su propio negocio.

Desde entonces, Área 51 Technology, opera en Perú, Ecuador, Colombia y algunas regiones e Estados Unidos y tiene la mira puesta en España y otros países de Latinoamérica.

Naturalmente, no fue fácil. “Estamos intentando sacar cabeza”, dice y asegura que ya superaron la etapa en la que todo es gasto. “Ya vemos números positivos”, dice con una sonrisa de oreja a oreja.

“A todos mis amigos que quieren hacer empresa les digo que por lo menos, hay que esperar un año de no ganar nada; de gastar los ahorros. Si no aguantas ese año, no regreses”.

¿Cómo se enfrenta ese primer año? En su caso, la experiencia fue dura. A los seis meses de formada la primera empresa tuvo que cerrarla. No dio brazo a torcer; una segunda empresa formada con otros socios cerró el primer gran acuerdo a los meses de entrar al mercado. “La calidad de trabajo dice mucho de ti. No hay mejor marketing que un cliente te recomiende”.

Hay que ser persistente, dice, munido de las cifras, como es característico en él. “El 87% de las nuevas empresas fracasa porque no son persistentes. Es muy difícil salir cuando estás acostumbrado a recibir un pago a fin de mes a tener la incertidumbre de decir y ¿ahora qué hago?”

Cuando escuchas las historias de grandes empresarios que comenzaron con éxito desde el primer día, dice Carlin, “no cuentan la parte esa donde vivían en la casa de los papás, que eran muy jóvenes, que no tenían gastos porque no pagaban la luz, el teléfono ni otros servicios y tenían toda la libertad”.

La receta

Pero no se arrepiente. Los resultados que encuentra en su empresa son más satisfactorios que los que hubiese alcanzado haciendo lo mismo, pero en la compañía de otro.

La experiencia le dio la receta del éxito. “Si hay un emprendimiento, lo primero que se tiene que pensar es no solo en tener un buen producto; las personas compran personas, no productos. 80% de esa venta es porque le caíste bien y trataste bien a esa persona y porque ve en ti algo bueno para él. El 20% es el producto”, asegura.

Muchos, incluso yo lo hice, cuenta Guillermo, están convencidos de tener el mejor producto del mundo y salen a venderlo. “No me fue bien hasta que aprendí que debía salir a venderme a mi. Generar la confianza en la otra persona. Esa es la clave del éxito”.

“Ser emprendedor es una de las cosas más difíciles que hice”