miércoles. 17.04.2024

Un estudio reciente da cuenta de que en el mundo solo tres de cada 10 mujeres ocupan puestos de alta dirección en las empresas. Rompiendo todos los moldes, en Bolivia Cinthia Aramayo no solo es la CEO de una de las empresas más grandes del país desde hace varios años sino que lleva las riendas de una empresa que, esencialmente para hombres. Y es que desde las primeras locomotoras, el sector ferroviario es predominantemente masculino.

Rompiendo moldes, desde 2015 Cynthia Aramayo es la cabeza de Ferroviaria Andina, la empresa que transporta el 35% del PIB boliviano en sus vagones y a través de una red de estaciones en Oruro, Potosí, Uyuni, Río Mulato, Tupiza, Villazón, Avaroa entre otros.

La decisión no fue fácil. Por 15 años fue Directora Jurídica y atendiendo la invitación de uno de los nuevos accionistas de la empresa asumió la Gerencia General.

“Asumir la gerencia implicó muchos desafíos, en lo profesional y en lo personal”, comenta Aramayo a Economy.

“En lo profesional significó dirigir una compañía que tradicionalmente había sido dirigida por hombres. Asimismo, la mayor parte de los trabajadores son hombres. No obstante, con el transcurrir del tiempo creo que me he ganado el respeto de todos ellos. En lo personal, al ser una empresa de servicios enfocada en el transporte y logística integral para el sector minero y que opera en los departamentos del occidente del país, debo viajar mucho y estar disponible permanentemente para mis colaboradores y clientes”, explica.

Aramayo le puso su propio sello a la gestión de la empresa que dejó de ser de transporte para transformarse, en palabras de la CEO “en una empresa de logística integral para nuestros clientes”.

La compañía apunta a convertirse en el eje integrador del comercio nacional con Perú y Chile y para eso realizó una importante inversión que le permitió dotar a la red de tres modernas locomotoras de alta capacidad que potenciará su capacidad de transporte y lograr mayor eficiencia.

Entre 2008 y 2019, los trenes de la red andina transportaron más de 1.100 millones de toneladas anuales de carga esencialmente, de minerales.

Ahora, los trenes de la red mueven en promedio 1.600 toneladas de zinc y plomo, principalmente, además de trigo, harina cemento, broza, cloruros y boratos.

La Ferroviaria Andina busca de consolidarse como “una empresa de logística integral y continuar con el proceso de transformación tecnológica”.

Como a todas las empresas en el globo, la pandemia obligó a realizar ajustes. “Ha sido un tiempo difícil pero la empresa ha hecho su máximo esfuerzo por mantener intacta a la planilla del personal”, asegura Aramayo.

“El desafío es retomar los indicadores que teníamos antes de la pandemia y, naturalmente, crecer en nuestro volumen de carga. Nuestros principales clientes están en el sector minero y a ellos también les ha afectado la pandemia y también los problemas políticos que se vienen dando desde 2019, que se traducen en paralización temporal de las operaciones”.

Equidad de género

Para Cinthia Aramayo, el tema de la equidad de género es importante. Buscamos que las oportunidades lleguen de igual manera a hombres y mujeres”, asegura.

Pero va mucho más allá Debe completarse por las capacidades profesionales de las mujeres que asumen un cargo de liderazgo.

“Las mujeres son buenas lideresas, pero esa posición la deben obtener no por una concesión de los varones sino por capacidad. El equilibrio es una consecuencia de una cultura corporativa basada en la meritocracia”, reflexiona.

En nuestro país, al igual que en muchos países latinoamericanos, agrega: “las mujeres van tomando cada vez más posiciones de conducción y liderazgo, falta mucho aún, pero se nota un cambio. Por ejemplo, nuestra empresa hermana, Ferroviaria Oriental, también está conducida por otra mujer que también es abogada”.

Apasionada por el derecho y la justicia

 Cynthia Aramayo nació en la ciudad de La Paz; terminó el bachillerato en el emblemático colegio Sagrados Corazones, estudio leyes en la Universidad Mayor de San Andrés y se especializó en Derecho Corporativo en la Universidad de Belgrano. “Estudiar Derecho es una de las mejores decisiones que he tomado”, confiesa.

¿Y por qué? “La carrera genera un sentimiento de justicia, de equidad, de construcción de una sociedad más justa y te permite un vasto conocimiento en muchos tópicos y si la complementas con   administración, la formación que adquieres es integral y completa”, responde.

Tiene un Diplomado en Responsabilidad Social Empresarial, y ejerce la profesión por más de 30 años. Antes de especializarse en Derecho Corporativo, incursionó en el Derecho Penal, trabajando en el “Instituto Latinoamericano para el Tratamiento del Delito y el Delincuente”, donde realizó un diagnóstico del sistema carcelario y la reinserción social del delincuente.

“Me he ganado el respeto de los ferroviarios”