Tres reconocidas empresarias toman el lugar en la testera frente a 300 mujeres, emprendedoras la mayor parte de ellas, que esperan escuchar los testimonios de las líderes. Es el Foro Women 2022, organizado por Cainco en alianza con BPO Center y Human Value.
Rosa Parada, fundadora de la Casa del Camba, Sonia Sosa, de Sorimen y Patricia Balderrama, de Viajes Espacial son las invitadas al primer foro que hablará sobre el legado del liderazgo femenino. María René Centellas, gerente general de Bagó es la moderadora. Inicia destacando que a esa misma hora su equipo gerencial está en la reunión más importante de su marca, pero ella confía en su equipo pues sabe, como una gran líder, que las bases que se sentaron desde hace mucho tiempo bajo su mando. “Es un primer ejemplo de legado de liderazgo”, afirma.
Inicia Rosa Parada comentando que fue en un tiempo difícil para ella en que La Casa del Camba abrió sus puertas. Con la ayuda de su esposo, tuvieron la visión que el locro y el majadito, comidas típicas y caseras, formarían parte de las rutas turísticas que algún día llegarían por estas tierras.
Mientras tanto, el restaurante que había iniciado con cuatro mesas y sillas alquiladas funcionaba con mucho esfuerzo, incluso haciendo recorridos en tren por más de 600 kilómetros para atender los requerimientos de personas y empresas. “viajaba con ayudantes, con mis hijos” menciona Parada. “Ese es el legado que estoy dejando a mis hijos, y a todas las mujeres, que sepan que lo que van a hacer ahora, va a repercutir mañana, van a hacer grandes cosas”, señala.
La Historia de Sonia Sosa, fundadora de Sorimen, tiene matices distintos. Inició en 1996 consiguiendo la representación de la marca argentina de grifería FV. No le detuvieron los comentarios en contra, ni el tamaño de la firma que estaba creando, una empresa unipersonal. “Al año siguiente después de mucho esfuerzo, conseguí la segunda representación de los baños Ferrum y fue un hito que marcó en el mercado nacional”, comenta. La familia empezó a involucrarse, primero su esposo que dejó su trabajo en una petrolera, y luego dos de sus hijos, esto en el 2006 y en el 2009, respectivamente.
“En el 2010, con ellos trabajando vino la parte más dura de la vida, como madre, mi hija mayor, odontóloga, sufre un derrame cerebral, la desahuciaron y no me dieron esperanzas de vida. Me fui con ella al exterior y dejé a mis hijos a cargo de Sorimen”, afirma. La experiencia, unió más a la familia, en torno a Dios y a la empresa. Ahora, se encuentran elaborando el protocolo familiar para profesionalizar las gestiones venideras y traspasar la administración a las nuevas generaciones. “El legado que les estoy dejando es el ejemplo, la unidad familiar y sobre todo los valores”, concluye.
Patricia Balderrama transmite una experiencia categórica. Junto a su esposo Edgardo decidieron abrir una agencia de viajes, pero no estaban conformes con solo vender pasajes, sino algo que trascienda en la sociedad. Es así que logran la representación de las experiencias de vacaciones en cruceros, algo inexistente en el mercado boliviano. “Tardamos en vender la primera cabina un año, cosa que hoy vendemos 40 por semana, pero fue la perseverancia”, afirma.
De igual manera la venta de Tarjetas de Asistencia, que marcó otro hito en el mercado. No fue fácil pues las ventas tuvieron que hacerse visitando “agencia por agencia”. También tardaron un año en realizar su primera venta. Estaban logrando su propósito, crear una cultura de viajes diferente.
Un tercer legado, que destaca Balderrama, es el tours de quinceañeras, que empezó con 14 asistentes en una época en la que no habían celulares o redes sociales y por el que fue difícil ganar la confianza de los padres. “Ahora el tour lo hacen las hijas y las nietas de nuestras primeras clientes”, exclama. Indica que su empresa aún trascenderá en el tiempo y seguirá aportando para que el legado aún siga más adelante.
Concuerdan las panelistas que el mejor legado es el ejemplo, la unidad familiar y el creer en si misma además de preocuparse en una adecuada formación y educación. También, dejar a un lado ideas como el “techo de cristal” que se lo ponen las mismas mujeres. “Sueñen en grande y sean perseverantes”, concluye Sonia Sosa.
